Querido Papá

Soy bien afortunada de tener a mi padre vivo. Muchas personas, incluyendo a mi esposo, no tienen esa dicha. Y a pesar que mientras escribo esta entrada, él no se encuentra bien de salud y está en el hospital, se que está ahí.

La figura paternal es bien importante en nuestras vidas. Así como la maternal, esa figura nos ofrece otras cosas: fortaleza, bienestar y otra manera de ver la vida. En mi caso, mis padre siempre fue trabajador. Nos mantuvo a todos mientras mi madre se quedaba en casa.

Pero esos eran otros tiempos. La vida era más simple y mejor. No es fácil hoy en día el poder conectar con los hijos. Ambos padres tienen que trabajar afuera más dividirse los quehaceres del hogar. Pero esos casos son pocos porque la incidencia de madres solteras en este país es grande y las madres tienen doble rol.

Mi niñez fue buena. Y recuerdo que la figura de mi padre siempre fue una firme. De pequeña le tenia un miedo terrible, ya que si me portaba mal mi mamá me amenazaba con decírselo a mi papá y yo me moría. Pero al paso del tiempo, entendí la importancia de esa figura masculina y mi respeto creció más que el miedo.

Hoy que celebramos el Día de los Padres, quiero dedicárselo a todos los padres que ha estado presente en las vidas de sus hijos. El mío siempre lo estuvo y lo estará. Y le pido a Dios que me lo llene de fortaleza y salud para poderlo gozar muchos pero muchos años más. Te amo Papi.

¡Felîz Dîa Querido Papå!