Esta semana comenzó una nueva etapa en mi vida. Justo después de celebrar mi cumpleaños decidí hacer algo que jamas pensé iba a hacer. Me registre para coger clase de Taekwondo con mi hijo.
Quiero darles primero la historia del porque esto es un paso grande para mí. Antes de que registráramos a mi hijo en artes marciales, yo estaba bien reacia a hacerlo. Pensaba que era algo muy violento y el aprender a golpear y romper tablas no era para el. Una vez tuvimos la reunión con el instructor me sentí mas segura de lo que íbamos a hacer y por fin mi hijo comenzó sus clases.
Solo lleva casi menos de un año pero he visto una gran diferencia en comportamiento y disciplina. Pero se imaginan mi vida a cambiado ya que la pasamos metidos en el lugar. Pero una de las opciones es que tienes la oportunidad de unirte el grupo como familia.
Para serles honesta, no me sentía cómoda con la idea. Una vez mas, sentía que como mujer y madre no era para mí. Después de hablar con el instructor y otra de las mamas que tomo el paso, decidí entonces que si ya estaba allí pues porque no unirme al grupo.
Y así lo hice, decidí que a mi edad tenia que hacer algo para mejorar mi salud. No hacia nada de ejercicio y considere que esta seria una buena opción. Me lanzo y en mi mente me dije “Si, ¡yo puedo!” Aquí tienen los resultados.
Ya después de haber hecho dos clases, entiendo que es lo mejor para mi y que si ¡yo puedo! Voy a mi y quien sabe si algún día me veras con mi cinta negra. Por ahora me voy a disfrutar mi tiempo con mi hijo mientras hago ejercicios y aprendo un poco mas de las artes marciales.